jueves, 13 de enero de 2011

¡Inesperado festejo de San Omar Garito: esta vez no tuvimos nada que ver!

El lector se habrá enterado del escándalo por los diarios. Aquí, nuestra versión de los hechos:

Sabe el mundo todo del respeto y gratitud que nos merece Omar Garito en la Isla. Por eso en este nuevo aniversario de San Omar Garito, 11 de enero, decidimos homenajear al héroe isleño haciendo honor a su célebre frase: "No me rompan las tarlipes".

En Asamblea Secreta realizada el 9 de enero en la Plaza de Marzo, mientras el Omar buceaba seguido de cerca por su mascota el tiburón Poseidón (cómplice de la sorpresa) decidimos por unanimidad que el prócer disfrute de su día lejos de esta Isla y de las hordas de turistas y fanáticos que cada 11 de enero copan nuestras playas para mantearlo y elevarlo en andas. Elegimos una isla tranquila y alejada de las grandes civilizaciones: la Isla de Maewo, en el Océano Pacífico, récord de lluvias del archipiélago de Vanuatu: como todos sabemos, estas Islas no son las elegidas por los turistas en estos meses de lluvia y ciclones, por lo cual Maewo nos resultó el lugar ideal para nuestro buceador empedernido. Votado el destino por unanimidad, faltaba coordinar la partida del héroe. Dalmiro Elbleca, preceptor de A.C.M.elO.G.T., se ofreció para hacerlo pisar el palito. Lo buscó en las profundidades y lo invitó a dar "una vuelta en morsa para localizar alumnos rateados". Veintitrés horas después, el conserje de un famoso Bungalow de Maewo, en estricto secreto, los recibía y los alojaba con la debida cordialidad.
(Foto: el conserje del bungalow, ansioso, aguarda al Omar en la costa, junto a Nabanga, su fiel can)


Entonces, el héroe entendió. Por primera vez, una lágrima amenazó con rodar por su mejilla:"Taquelotiró. No puedo creer que me regalen estas vacaciones. Y yo que pensé que esos turros me odiaban, ya me veía trepado a una carroza, en toallón y desfilando por Palmera Cocotera con plumas en la sabiola". 
Pero la lágrima fue secada a tiempo. El Omar despidió a Elbleca y se instaló a sus anchas en el bungalow, donde lo esperaba un kit de buceo donado por la "Asociación Mutual de Hechiceros y Magia Negra de Vanuatú", envuelto en hojas de banano. A su vez el "Sindicato de Pescadores de Pez Vela y Atún de Maewo" le obsequió una heladera colmada de pesca fresca local, y una choppera llena de kava, para que no extrañe los taripanes de Lusaka ni el patero agarrameño. 
(Foto: el Tesorero y el Secretario General del Sindicato, preparando un delicioso "pezvelapán")

El Omar, chocho de la vida, se calzó las antiparras, el esnorquel y las patas de rana, y se tiró de cabeza a bucear en las aguas turquesas y calmas del Pacífico.

El día transcurrió paradisíaco, hasta que por la tarde una conocida hechicera divisó a Omar Garito conversando con Poseidón, su tiburón mascota. Según una creencia ancestral de Vanuatú, los tiburones serían humanos transformados por la magia. A los gritos la venerable (Foto) acusó a Garito de conspirar. 

Fornidos nativos lo rodearon, y cuando estaban a punto de reducirlo a golpes el más alto exclamó: ¡¡¡Omar Garito!!! 
Sí. Por primera vez en su vida, ser reconocido le jugó a su favor. Los muchachos lo levantaron en andas y lo pasearon por la costa, vivando su nombre, mientras el desprevenido buzo táctico maldecía por lo bajo mientras saludaba a quienes se le iban acercando. Rápidamente se improvisó una celebración en su honor, donde no faltaron los clericocos de kava, (Foto: la "Malaika" de Maewo) 

las danzas rituales ni el fogón temático. "Y yo que me quejaba... no, si soy un reverendo gil. Atravesar el océano para ver el mismo paisaje. Mire, jefe, no lo tome a mal -le dijo al maestro de ceremonias en improvisado bislamés- pero me las pico. Gracias por todo, eh". 
(Foto: el maestro de ceremonias y los niños de Maewo contemplan la imprevista retirada de Garito)

Y sin mirár atrás se tiró de cabeza al mar y enfiló hacia esta Isla, donde las multitudes, alertadas por Poseidón, ya lo esperaban ansiosas. Varias horas después, un Omar Garito puteando a viva voz fue paseado en andas alrededor de la Isla, manteado en la espalda por 3.465 nativos, 17.003 turistas y 8.230 indocumentados y llevado a la sede de A.C.M.elO.G.T. fue obligado a improvisar un discurso. 
"¡No me rompan más las tarlipes!" fue la frase esperada que hizo estallar a la muchedumbre en aplausos y vítores. Una salva de fuegos artificiales a cargo de nuestros lanzallamas dió color a la celebración, momento que Omar Garito aprovechó para escabullirse sin rumbo conocido, perdiéndose la emotiva poesía que Omarcito Kinte le dedicó y recitó para la concurrencia. 

¡Gracias al pueblo y autoridades de Maewo por la hospitalidad (y perdón por el malentendido), gracias a las delegaciones que se hicieron presentes en este festejo, gracias al fotógrafo Juan Nicols, amigo personal de Mr. Magoo, por registrar la jornada en imágenes, gracias Omar Garito por tu lucha incansable!

CONOZCA LA HISTORIA COMPLETA 
DE OMAR GARITO:

El año pasado, junto a la crónica del festejo, publicamos un suplemento exclusivo 
donde se relata completa la saga del héroe local, incluyendo un jugoso reportaje.
Pinche:

viernes, 7 de enero de 2011

San los padres





Con habitual éxito, se celebró el pasado 6 de enero en todo el territorio isleño “San los padres”, festejo que como todos saben, evoca lo que sugiere.
Como cada año se sorteó a la marchanta entre los varones de más de 40 kg (45 cocos colgando de una bolsa en un platillo y el joven por pesar de cuyo peso se duda, en el otro platillo) los roles que deberían asumir desde la cero hora del día 6 de enero y hasta que el último niño caiga dormido ese día o el siguiente.
Este año el papel de “el morocho Baltasar” recayó en el señor Ullrico Ludwig Von Schlutter, (guarda espaldas del estaf de esta revista), quien con orgullo y con la frente alta pasó 24 hs embetunado, con peluca de mota corta, traje y capa dorada.
El rol del “barbudo Gaspar” cayó en el hombro de un alumno de segundo año de A.C.M. el O.G.T. (un tal Sergio Quinteros) de impecable peluca, postizo, traje y capa roja.
Los problemas comenzaron cuando Omar Garito, nuestro respetado heroe isleño, recibió en la nuca y sin decir agua va, el rol del viejo Melchor. Declaró: “¿Qué pasa, chicos? ¿enero es el mes del gil? No me recupero de esta, (decía sacudiendo el disfraz que había caido en su cabeza revoleado a la marchanta, apenas 3 minutos antes) y el 11 otra vez me rompen las tarlipes de sol a sol? Y si no me lo pongo qué? Elijan, o ésta o la de San Omar!"
Seremos breves para no ventilar trapitos isleños, sólo diremos que no se calzó el traje.
Kingshasa Dakkar se ofreció voluntariamente para hacer las veces de Melchor, para lo que nuestro hombre de color debió someterse a improvisado meikap con Sapolán y talco.

Una sana costumbre
Para los lectores que recién nos conocen, los pondremos al día contándoles en que consiste la tradición isleña:
El 5 de enero a la noche los niños y creyentes de la isla dejan debajo de su palmera navideña un juguete en buen estado, un par de ojotas, agua y cornalitos, para las morsas, agua potable y taripanes para los reyes. Ese día deben ir a dormir temprano. Los reyes deben recorrer la isla cambiando juguetes de palmera, y soportar estoicamente el atuendo, por las dudas…
No fueron pocas las veces que fueron vistos por algún noctámbulito, pero al estar con el disfraz, la tradición continúa, nadie duda de la existencia de los reyes. Es común encontrar en esta bendita patria, adolescentes y hasta jóvenes que aún creen en esta simpática leyenda mundial. Nuestro problema comienza el día que pesan más de 40 kilos, pero esa es harina de otro costal. 

Fotos de archivo
2007.
Ese año, las morzas fueron reemplazadas por camellos.
Los roles habían caido en Dongola Kindú, administrador y responsable de la plantación de orégano, Uagadugu Zomba, primer Campeón Olímpico Internacional de Plancha, nuestro orgullo, y un turista finlandes que se pasó todo el mes ebrio y no entendía el idioma, pero como era manso, y se dejaba… se calzó el traje.
Un magnate árabe (no podemos revelar su nombre) que vacaciona año tras año en esta isla nos sorprendió gratamente: La noche del 5 de enero, 23.55 para ser exactos, mandó bajar del yate 3 camellos y más de 500  juguetes, para aportar “algo” a nuestro festejo. Ese año las morsas descansaron, de todos modos entre los nativos que no terminaban de entender qué catzo eran esos animales, y el choborra finlandés, le dieron a los camellos el mismo trato que a las morsas (ver foto)… un problema.

1998.
En aquella oportunidad, los roles cayeron en cabeza, nuca y espalda del entonces anónimo Omar Garito, y dos amigotes que pasaban enero con su amigo ya que hacía “varios años que no se veían ni buceaban juntos”. Los trajes se los calzaron sin chistar, lo que no aceptaron de ninguna manera fue salir del agua por 24 hs, lo que motivó situaciones inexplicables que nadie olvida en la isla. Todo fue muy confuso ese año, los niños preguntaban demasiado, y casi perdemos la tradición. Ver foto: