No faltó nadie

Con las primeras luces de esta madrugada nos dimos cita en la Redacción de Agarrame que lo mato viejos conocidos. Todo estaba como lo dejamos hace nueve años, pero tapado de polvo.
Nuestro portero Efraín Garrido Lagunilla nos aguardaba escoba en mano, con la cancel abierta de par en par, el felpudo recién barrido y un lagrimón en la mejilla.
El primero en llegar no fue otro que el puntual Ullrico, nuestro Guardaespaldas. Sin más trámites desalojó a Efraín para realizar una inspección ocular de la Redacción, y luego de constatar la seguridad de la misma nos permitió ingresar a quienes, ya ansiosos, nos encontrábamos en la puerta: las antiguas Directoras, la Presidenta de la Junta Nativa, la joven Telefonista, la Psiquiatra, la Asistente de Suicidas y una misteriosa señorita desconocida; luego hicieron lo propio los caballeros del Staff.

Si, como creemos, el señor regordete caracterizado de playboy maduro que acotaba desde la ventana mientras acariciaba la mano a ignota señorita no era otro que el camarada Dimitri Karrposoff (que, como todos sabemos, no puede darse a conocer ni revelar su verdadera identidad), no faltó nadie.
Entre abrazos, llanto, orégano, llamaradas, empanadas de morsa y vino patero comenzamos con la remoción de escombros.

Vea cómo la dejamos:

Pero no podemos dormirnos en los laureles: debemos votar la conformación del Staff de la Revista, y decidir cuáles serán nuestros próximos pasos a seguir. Estése atento, lector.